Cómo cuidar un cachorro de perro pequeño (I)

Chihuahua en Criadero Cantillana

En Criadero Cantillana puedes encontrar cachorros de Bichón Maltés, Yorkshire Terrier, Chihuahua y Pomerania. Es por eso que desde nuestro blog te damos algunos consejos para el mejor cuidado de tu mascota. Así, en esta ocasión te vamos a dar una serie de nociones para que sepas cómo cuidar cachorro de perro pequeño.

En primer lugar, debemos tener en cuenta que el cachorro necesitará una cesta o una cama para perros en un lugar caliente y sin corrientes. Una opción es poner una caja de cartón en un rincón para preparar una cama cerrada. Añade algún material para la base que sea cálido y lavable, como una manta o toallas viejas, así el perro tendrá un lugar acogedor. Y nunca le envíes a su cesta cuando se haya portado mal, porque asociará ese lugar con un mal comportamiento y un posterior castigo.

Y en segundo lugar, debemos saber que requeriremos de varios elementos esenciales para el cachorro como son:

  • Un cuenco de agua y otro de comida.
  • Un alimento nutritivo y específico para su etapa vital.
  • Cepillo y peine.
  • Tarjeta de identificación (o microchip).
  • Collar y correa.
  • Champú, cepillo y pasta de dientes para perros.
  • Juguetes seguros para masticar que faciliten la dentición.

Y es que criar en casa a un perro recién nacido implica cuidar varios aspectos que vamos a ir explicando a continuación.

 

HUMEDAD Y TEMPERATURA

En el caso de que tengamos que afrontar el parto de nuestra propia hembra, debemos saber que son autosuficientes. Si tienen leche y se les provee de un lugar de descanso apropiado, con una humedad y temperatura adecuadas, las tres primeras semanas de vida de los cachorros, las más delicadas, deben transcurrir sin problemas. La humedad de la habitación debe oscilar entre un 55% y un 65%, de esta manera los neonatos no se deshidratarán.

Los perros recién nacidos no tienen desarrollados los mecanismos de defensa corporales que les permitirían mantener una temperatura adecuada. Cuando tienen frío no tiemblan, hasta que han superado las tres semanas de edad. Por ello, es fundamental ayudarles a que mantengan una temperatura corporal adecuada. La primera semana de vida, esta ha de oscilar entre 30ºC y 32ºC. En la segunda semana, la temperatura se puede reducir hasta los 26ºC o 28 ºC y, a partir de la tercera semana, son adecuados los 22ºC. Si la temperatura ambiental es demasiado baja, se produce hipotermia en los cachorros, que se traduce en la falta de actividad del perro, por lo que no podrá mamar y puede morir si no se remedia a tiempo.

 

ALIMENTO SUPLEMENTARIO

La leche de la madre disminuye transcurrido un mes del nacimiento de los cachorros, al contrario que las necesidades alimenticias de los pequeños perros, las cuales aumentan, lógicamente. Por ello, es recomendable aportarles alimento extra de manera paulatina a partir de la tercera semana de edad. Puedes conseguir papillas, pero otra opción es utilizar pienso específico para cachorros, al que se puede añadir agua para que adquiera textura de papilla. Paralelamente, tenemos que desparasitar periódicamente tanto a la madre como los cachorros. Así como se debe comenzar con el calendario de vacunaciones para garantizar la salud de los animales. El veterinario nos puede asesorar sobre ambos aspectos, además de aconsejarnos sobre la alimentación más adecuada tanto para la hembra que acaba de parir, como para los cachorros.

 

DESARROLLO EMOCIONAL

El período más importante para que el cachorro aprenda a ser sociable es el comprendido entre las tres y las doce primeras semanas de vida. Es entonces cuando el perro aprende más sobre situaciones nuevas. Es importante acariciar a los cachorros a partir de los 15 días de vida, cuando abren los ojos, porque estos contactos físicos, unidos a nuestra voz y otros sonidos que no sean estridentes, ayudan al cachorro a adaptarse a su nuevo entorno.

Una correcta sociabilización le ayudará a controlarse cuando muerda a la hembra, hermanos u otros cachorros mientras juega, para no hacerles daño, y le facilitará no tener miedo a los sonidos o a relacionarse con personas y otros animales. Las experiencias que el cachorro no viva, serán más difíciles de asimilar y aceptar cuando sea adulto. Un ejemplo: si no se relaciona con personas u otros perros, lo más probable es que, cuando pasen unos años, se muestre agresivo con sus congéneres, y tímido y miedoso con las personas.

Junto con las vivencias con humanos y animales, el cachorro será un perro más equilibrado y mejor sociabilizado si está con su madre y hermanos, como mínimo, hasta las ocho semanas de edad. De ellos aprenderá las normas para relacionarse con otros congéneres: cómo jugar, cómo acatar la jerarquía de la manada o cómo comunicarse. Estas cuestiones le serán de vital utilidad para desenvolverse con soltura entre las personas.

 

EN RESUMEN

  1. Revisar el estado general de los cachorros cuando nacen para detectar posibles malformaciones o problemas de salud.
  2. Cuidar el alojamiento de la madre y los cachorros, sobre todo, con respecto a la temperatura y humedad ambientales.
  3. Pesar a diario a los neonatos para comprobar que aumentan de peso.
  4. A partir de la tercera semana de edad, los pequeños perros necesitan un aporte suplementario de alimento.
  5. Mantener al cachorro con su madre y hermanos hasta las siete semanas de vida, para que aprenda las pautas de comportamiento adecuadas.
  6. Sociabilizar bien al cachorro incluye la relación con personas y otros animales, así como la experimentación de vivencias distintas.

Fuente:  Eroski Consumer